viernes, 27 de noviembre de 2009

Mercedes vs Porsche

El miércoles pasado nos llevaron de excursión a Stuttgart (otra vez los de IBT, es que solo viajo con ellos, si no, yo no viajo, ¡he dicho!), para ver... básicamente Museos de coches. Ibamos a visitar la Deutscher Werkbund, que era lo que en principio no sinteresaba más, pero se nos hizo tarde y la vimos de noche y mal.

A mi los coches no me interesan absolutamente nada, es más, a no ser que sean coches antiguos, ni siquiera tengo capacidad para saaber si uno es más o menos bonito que otro. Para mí todos los coches son iguales. A pesar de eso (como se nota que estamos en Alemania), desde que llegué ya he visitado tres museos de coches: BMW (que está al lado de mi casa, y cuyo símbolo es lo único que veo antes de dormir), Porsche y Mercedes.

El primero que visitamos fue el museo de Porsche... bueno, juzgad vosotros mismos. La guía intentaba vendernos el proyecto (porque sabía que éramos estudiantes de arquitectura), así que lo primero que nos preguntó fué que nos parecía el edificio a primera vista. Tras unos quince segundos de un tenso silencio y miradas de trágame tierra, alguien rompió el hielo y entonces surgieron comentarios tan alagadores como es blanco o está muy limpio... a lo cual siguió otra mirada de trágame tierra, esta vez por parte de la guía.



La mujer ponía todo su empeño explicándonos cuales eran los conceptos del proyecto, la idea que tenían los arquitectos (unos vieneses que nadie conocía, aunque ella hablaba de ellos como si fuesen hiper famosos), pero todo aquello sonaba al típico rollo que sueltas cuando quieres justificar algo que has hecho por que sí, tipo: la zona del sótano es la zona de las raices y del nacimiento de las cosas, el fondo es la zona de la experiencia y bla bla bla... Tal vez para los turistas que van a ver el museo suene convincente, pero cada vez que nos decía una de esas frases venía seguida de una risa interior por parte de cada uno de nosotros.





Luego dentro... bueno, nos habló de los materiales, de como se distribuía la exposición y de porqué el techo iba cambiando del altura: eso también tenía una explicación, pero digamos que algunas veces resultaba un poco contrario a lo que se suponía que debía ser; por ejemplo: la entrada, que es donde se concentraba la gente para el guardarropa, la cafetería, la entrada al museo... tenía una altura de techo mínima y una escala minúscula en planta, lo que hacía que fuese agobiante y que prácticamente los pocos que estábamos allí no cupiesemos.

Lo positivo del edificio era el recorrido, la verdad es que ibas cambiando de posición en el interior y cuando querías darte cuenta, el techo estaba muchísmo más bajo, y es que habías ido haciendo una espiral y ni te habías dado cuenta. Estaría muy bien, si no lo hubiesen estropeado al final del todo haciéndote bajar unas escaleras.

Tampoco nos dijeron demasiado del edificio en si, nos hablaron de algunos coches, cosa que a la mayoría de nosotros no nos interesaba demasiado...

Después de comer nos fuimos a la competencia: el museo de Mercedes, de UNStudio (por fín, un estudio famoso de verdad).



Cuando llegamos... pues lo típico, por el exterior tampoco tenía demasiada fe en el (sobre todo después de mis impresiones sobre los dos museos de coches que había visto antes), pero cuando entré me encontré con esto... Hay que ver lo que nos gusta el hormigón.



No se si fue porque el guía de Mercedes era mucho mejor que la de Porsche (se notaba que sabía de lo que hablaba y nos decía los pros y los contras del edificio), porque el tour de Mercedes solo nos hablaron sobre el edificio y no sobre los coches (solo cuando era necesario) o por que, pero el edificio me gustó muchísimo. Nos explicaron desde el concepto inicial del edificio (mucho más convincente que el del museo anterior) hasta porqué los muebles del interior eran como eran.

La verdad es que el edificio también tenía momentos pedantes, como que los ascensores no se llamen ascensores, sino máquinas del tiempo, y ciertos momentos WTF en la exposición, como un caballo disecado como el primer coche de la historia. A pesar de esto, los ascensores eran super molones y el caballo.. bueno, era un poco raro, pero cuando te lo explicaban, venía a cuento.

Todo el edificio se basaba en hélices dobles, para que hubiese dos tipos de trayectos: uno cronológico y otro temático, que además estaba llevado al extremo (las escaleras de emergencia también seguían el mismo concepto). Estaba todo bastante bien resuelto, lo único malo de esto es que era demasiado caótico, y nunca sabías muy bien en qué lugar del museo te encontrabas. De hecho, eran conscientes de ello y tuvieron que poner unas guías con números que aún así resultaban no muy claros. De todas formas, nosotros no hicimos el tour, así que no sabría decir...



Además estos dos edificios se realizaron de manera completamente diferente: el museo de Porsche se calculó absolutamente todo en el estudio y cuando lo construyeron estaba todo detallado el milímetro, mientras que el de Mercedes, el 70% se realizó conforme la obra avanzaba. Es curioso, aunque todo esto es una opinión personal...

1 comentario:

  1. ¡¡me ha encantado el momento WTF caballo!!

    Bechitos erasmus viajera!!

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