domingo, 13 de septiembre de 2009

With love from MP

Bueno, esta entrada tampoco tiene fotos, pero es que estoy un poco resacosa y me aburro así que he decidido contaros algo, ya veremos que surge sobre la marcha...

Ahora mismo tampoco hay mucho erasmus por aquí, el único que está en mi curso es un noruego que estudia arquitectura, pero no le veo casi nunca así que no me hablo con él. Bueno, ni con él ni con casi nadie. Y es que en mi clase hay una fauna demasiado exótica: por un lado están los árabes, casados, con hijos y que solo les interesa saber si sé cocinar; por otro los japoneses que no se enteran de nada y no se relacionan con nadie que no hable japonés (el otro día rocé un poco a uno de ellos y casi se muere del susto); luego hay un francés y un americano que son los guays; y por último está mi amiga Sandrine... una chica de Laussanne que intenta hablar conmigo, pero como no habla inglés y nuestro alemán es una mierda, hemos decidido ser amigas en el silencio (el hablar está sobrevalorado, a veces una mirada dice muchísimo más :P).

Así que contacté con un chico que conocí en uno de los cursos de alemán en Madrid (que está haciendo el curso en la TUM) para que me introdujese en su círculo de erasmus. Y lo hizo... lo único que somos los más pringados de todos. Por un lado está la realeza erasmus aka gente guay, aka 20 noruegos altos y rubios con un americano que eructa y escupe y un par de franceses con una sola ceja y cara de haber llegado directamente de Cromagnon, que quedan los sábados para jugar al fútbol e ir a fiestas; luego estamos los cuatro españoles (literalmente) que nos hemos únido al único italiano para crear los Estados Unidos del Sur y que somos los pringados a los que dejan tirados un viernes por la noche esperando en la calle mientras llueve y que se pasan toda la noche dando vueltas por la ciudad buscando algún otro bar que no sea el Atomic Café. Pero no pasa nada, porque aún hay un tercer grupo incluso inferior al de los salvajes sureños: los asiáticos; ellos nos hablan, nos adoran y somos su ejemplo a seguir.

Por otro lado está Julia (mi compañera de piso) que está loquísima (en el mejor de los sentidos): bebemos vino blanco en copas gigantes mientras escuchamos MGMT, me saca de fiesta cuando vuelvo de fiesta, me recomienda los bares y me presenta a sus amigos alemanes, que generalmente son: los dueños de esos bares, los dj's de las discotecas o simplemente chicos rubios, altos, guapos y modernos, con una ajetreada vida amorosa (en serio, es que por lo que me cuenta en vez vivir en Múnich, parece que estoy en Melrose Place y soy la nueva chica que se acaba de mudar al tercero...).

En fin... todavía es pronto, aún me falta por conocer al 80% de los erasmus y por visitar el 95% de los bares de la ciudad, así que ya os contaré dentro de unas semanas como van cambiando las cosas.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Mudanza

Ahora que por fin puedo colgar algunas fotos ya es hora de que os enseñe donde voy a pasar el resto del año. Ha sido un largo recorrido y me ha costado estar durmiendo en el suelo unos cuantos días, pero mi habitación ya va pareciendo algo decente.

Cuando estuve haciendo la maleta y mientras decidía lo que me llevaba y lo que no y limpiaba mi armario, me dí cuenta de tres cosas: que durante años he acumulado grandes cantidades de cosas que no sirven para nada; que no sabía que en un armario tan pequeño como el mío puediesen caber tantas cantidades de ropa; y que ¡no sabía que tenía tanta ropa!

Estas fotos son de un momento de agobio en el que estaba un poco perdida pensando de donde habían podido salir tantas cosas...

Y de esto, de repente pasé a esto otro. Como os dije: un colchón (que ni siquiera era mío) y una maleta (aunque esta foto es del primer día y aún el bulto no había crecido demasiado). Y es que la habitación es gigante y con un ventanal enorme, además, las vistas que tengo son monísimas (lo único turbio es que lo último que veo antes de cerrar los ojos cada noche es el símbolo de BMW brillando en la oscuridad y flotando en el aire...)



Bueno, finalmente después de mucho tiempo y de mucho sufrir (porque, que sepáis que llevo tres días con agujetas...), por fín fuí a IKEA, encontré un martillo y un destornillador y conseguí montar una habitación más o menos decente. El resultado es, por ahora, este:




Bueno... quizá no halla tanta diferencia, ¡pero mirad quienes están aquí!


jueves, 3 de septiembre de 2009

Síndrome Irene

Todavía no puedo colgar fotos de nada, porque mis padres aún no me han enviado los drivers de la cámara, pero a pesar de eso traigo noticias frescas... ¡He conocido al primer erasmus de arquitectura!

Es noruego y es muy simpático y muy... ejem. Pero ya os contaré porque aquí llueve, pero no a cántabros :(. Y he aquí el por qué del título de la entrada... todo es culpa de Irene, ¡me ha pegado su síndrome cortarolloerasmus-primerasemana! Aunque he de admitir que yo soy un poco más fresca...

Y es que hablando de hombres, esta tarde por fin he montado los muebles de mi habitación, y he llegado a la conclusión de que necesito un novio para que me ayude con todas estas cosas, porque creo que en cualquier momento mi brazo derecho se me desprenderá del cuerpo... Al menos mi habitación va siendo un poco más yo (a pesar de estar muy desangelada), porque hasta ahora mi vida se concentraba en un colchón tirado en el suelo y una maleta (de los chinos) alrededor de la cual se desperdigaba mi ropa.

Aparte de todos mis dolores físicos y estreses varios, todo va bien. Mi compañera de piso es majísima, me llevo muy bien con ella (ya os dije que el día que llegué me invitó a una fiesta) y me está ayudando muchísimo con todo.

Bueno, ya os enseñaré fotos de todo esto un poco más adelante.

¡Hasta la próxima entrega!
No me falteis...