miércoles, 16 de diciembre de 2009

Adaptation

Bueno, como ya sabreis, mi regreso a la madre patria será el 22 de diciembre a eso del medio día, ¡queda menos de una semana! ... Llevo cuatro meses aquí y a pesar de todos los estreses (que han sido varios), de todos los problemas administrativos (que han sido más que varios) y de los difíciles intercambios culturales, he de decir que se me han pasado volando y eso siempre implica algo bueno ,¿no?

Lo que pasa es que... por muchas ganas que tenga de veros a todos (que aunque no lo parezca por lo que voy a decir ahora mismo, las tengo, y muchas) es que no me apetece volver. Ahora que de verdad me empezaba a sentir a gusto, que me he adaptado (bueno, solo un poquito) a la forma de trabajar y que parecia que todo empezaba a ser más fácil, me tengo que ir, y retomar todos mis avances en dos semanas.

Porque volver a casa, a parte de comer cosas ricas, implica muchas cosas.

  • Para empezar el problema de horarios, porque he de admitir que en ese aspecto estoy super alemanizada: como a las 12-12:30 y ceno a las 7:30-8. No se que voy a hacer durante los próximos quince días, ¿tendré que hacer comida doble a las 12 y a las 3 y cena doble a las 7 y media y a las 10 y media? Porque si la navidad implica comilonas no se lo que puede ser tenerlas multiplicadas por dos :S. No solo me he adaptado a sus horarios, no solo me parecen unos horarios de lo más lógicos (aunque esto ya lo pensaba antes, su puesta en práctica solo ha venido a ratificar mis teorías), sino que llegado a este punto me sorprendo y me quedo en estado de shock momentáneo cuando alguien me dice que se va a comer y son las tres de la tarde.

  • Por otro lado están nuestro avances con nuestros vecinos de estudio, porque me congratula anunciar: ¡que nos hablan! Todo este tiempo pensando que nos odiaban y que eran unos bordes estirados.. pobrecillos, aunque seguramente ellos pensaban lo mismo de nosotras... Ha sido un largo camino, pero esperemos que haya merecido la pena. Bueno en realidad... solo nos habla uno, pero el resto caerá dentro de poco... Porque como en toda buena relación, los actos dicen más que las palabras: nos intercambiamos el material de trabajo, nos picamos poniendo música durante las entregas, nos sonríen con complicidad cada vez que hacemos alguna cagada con las maquetas (que suele ser bastante a menudo) y ¡hasta alguna vez nos han incluido en sus bromas! Y por suspuesto nos sonríen y nos saludan cada vez que nos cruzams con ellos. Lo raro de todo esto es que ha pasado la última semana, no se si es que la navidad les ablanda el carácter o que les hacemos muchísima gracia, no me importa, pero como las vacaciones sean un reset y tengamos que empezar otra vez en enero... ¡ya no nos da tiempo!

  • Despues está la cerveza... me indigno solo de pensar que tendré que volver a pagar cuatro euros por un tercio... ¡Qué vergüenza! Y ni siquiera de Weissbier... Tendré que volver a pensar que una caña no es un chupito de cerveza, sino que es una medida de tamaño normal, y que si te las tomas muy rápido, también se te sube a la cabeza.

  • Otra cosa más a la que adaptarse de nuevo: en España la gente, roba. Es decir, que no podré dejar mis cosas en ningún sitio, estando casi completamente segura de que cuando vuelva seguirán en el mismo sitio en el que las dejé. Espero adaparme a esto lo más pronto posible, no quiero tener ningún susto.

  • Y por último y no por ello menos importante, a mi regreso, mi vida social no dependerá casi exclusivamente de Facebook. Va a ser raro no tener miles de invitaciones a eventos (a los que siempre quizá voy, pero en los que luego nunca hago acto de presencia) cada día en mi correo...

Hay que ver lo dura que es la vida del erasmus, jejeje ;P. ¡Nos vemos el martes!

sábado, 12 de diciembre de 2009

I'm dreaming of a White Christmas


Corazón de Navidad

Cuando escribí en Facebook que definitívamente había llegado el invierno... aún no sabía lo que nos esperaba. Y es que de la noche a la mañana, ¡la ciudad está completamente blanca! Ayer estuvo nevando, pero también llovió y cuando volví a casa (a eso de las 4 de la mañana) el suelo estaba mojado y nada más, pero cuando me desperté (a eso de las 9 y media... sí, soy un poco tempranera) me encontré con esto a través de mi ventana.

Y yo que pensé que me iba a marchar de Múnich sin ver la nieve... Porque hace una semana teníamos la misma temperatura que Madrid. A ver si después de la entrega me paso por Marienplatz para ver todo el mercado de navidad nevado.

Pero es un poco extraño, porque claro, yo estoy de lo más emocionada con a nieve, pero aquí la gente no le da la menor importancia: no había ni un solo niño jugando en la calle y cuando se lo he dicho a Julia, me ha dicho que claro, que ya era hora... Ay, aquí nadie comparte mi entusiasmo.


Vistas desde el balcón de mi habitación

El caso es que no he salido de casa... q fuera hace demasiado frío (a pesar de que dentro de un par de días tendremos una temperatura máxima de -7º :S) y me he pasado el día, reposando la resaca de la fiesta de ayer (porque Julia celebró su cumpleaños), un poco depre (mierda de alcohol... debería dejarlo ya) y encontrando en mi bolso botellitas de Jägermeister que nos regalaron en el bar (yo me las metí al bolso mientras los alemanes me miraban con cara de ¿pero qué haces? y yo les respondía con otra de ¿qué pasa? en España lo hacemos, sobre todo en las bodas).

Como he estado todo el día hidratándome a base de té mientra veía nevar a través de la ventana (que idílico suena, ¿verdad? solo me falta comprarme una manta y tener un sillón en vez de una silla plegable de plástico...), he decidido escuchar a Ryuichi Sakamoto, y ver Seda, que iban bastante bien con el ambiente del día.

¡Hasta la próxima corazones!

martes, 8 de diciembre de 2009

¡¡GLÜCK-wein!!

Este es un homenaje al Glühwein. O como nosotros lo llamamos: Glückwein, que es un nombre muchísimo más apropiado. Mmmmmm que rico está, qué bien entra en las noches de frío y que rápido se te sube a la cabeza. Desde que empezó diciembre, en vez de una copa, con la entrada de las discotecas te dan una tacita de glühwein, y que bien que te sienta después de haber hecho cola en las frías noches muniquesas (porque realmente ha llegado el frío a Baviera). Hay que ver lo que les gusta a los alemanes la navidad y tener alguna excusa para beber a cualquier hora del día.


Jose y Arturo saboreando nuestra primera taza
de glühwein del invierno en Karlsplatz ;)


Aaayyy, que voy a hacer yo el año que viene... sin glühwein, weissbier ni bretzels, ¡que voy a comer o beber a cualquier hora del día!

PD. No se si bretzel se escribe así, es una de esas palabras que he visto escrita miles de veces y cada una de una manera diferente...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Teachers leave those kids alone

Nuestra aventura proyectual muniquesa sigue su curso... lo único que el camino es más extraño de lo que nosotras habíamos pensado, de hecho, cada día se vuelve más y más desconcertante. Lo peor es que no sabemos si para bien o para mal.

Desde que empezamos el proyecto de viviendas, siempre hemos tenido la sensación de que los asistentes nos tenían un poco de miedo.

Primero pensabamos que era por el idioma (a pesar de que hablan inglés perfectamente), que era el único motivo posible por el cual, cada vez que queríamos corregir, se nos acercaban meditando cada paso que daban al frente como si fuesen a asomarse a un vacío, mientras nos miraban con caras de recelo y precaución. Descartamos esa posibilidad cuando nos dimos cuenta de que no trataban así al resto de los erasmus, con los que también hablaban en inglés.

La segunda opción que barajamos es que no entendían nuestra forma de trabajar ni de aproximarnos al proyecto. Creemos que les desconcertó un poco que después de dos semanas siguiésemos haciendo croquis de como podía ser nuestro proyecto a grandes rasgos (en vez de tener miles de maquetas hiper definidas) y que cuando nos preguntaron donde estaba nuestro trabajo, les mirásemos con cara de asombro y les dijeramos que estabamos aún pensando porque creíamos que necesitábamos volver hacia atrás.

Una vez tuvimos proyecto (muy malo, porque teníamos que entregar algo obligatoriamente en dos semanas, y nos pasamos pensando la mayor parte de ellas) se quedaron flipando con los espacios abiertos que había en nuestra maqueta. De hecho, hemos llegado a la conclusión de que los arquitectos alemanes deben ser agorafóbicos, porque cuando miraron nuestra maqueta pusieron cada de terror mientras decían: ¡¡¡pero eso es una doble altura con un ventanal!!! Así que como buenas alumnas, quitamos la única doble altura que teniamos (que además tenía bastante sentido) quedando un asquete de proyecto con una sección de tres forjados sin ningún tipo de gracia, pero que se empezaba a parecer al resto de los proyectos de la clase.

La tercera posible opción (y creemos, la definitiva) se nos ha ocurrido después de la corrección de hoy: están muy perdidos y no saben corregir nuestro proyecto.

Ayer tuvimos nuestra tercera entrega de proyectos, no nos fue de todo mal, al menos no echaron nada para atrás, nos dijeron lo que era más interesante, y que siguieramos desarrollando lo que ya teníamos, más o menos siguiendo los mismos criterios, que podíamos abrir patios, bla, bla, bla...





Sesiones críticas

El caso es que después de cada sesión crítica, los asistentes hablan con los profesores sobre cada uno de los proyectos, les dan unas directrices sobre por donde debe seguir cada uno, y luego los asistentes te comentan personalmente sus opiniones sobre los comentarios de los catedráticos.

Cuando han llegado a nosotros, en vez de corregirnos se han limitado a mirarnos y decir: ¿Tenéis alguna duda?. Claro, nosotras esperábamos que ellos empezasen a hablar, pero no, habían decidido no corregirnos más. Nos han dicho que ellos pensaban de forma diferente a los profesores, así que simplemente se limitaron a preguntarnos si nos quedó claro lo que nos habían dicho el día anterior. Nuestra cara de estupefacción obviamente fué bastante tremenda, y nos quedamos literalmente sin palabras, porque en vez de ellos decirnos lo que teníamos que hacer, fuí yo la que tuve que explicarles lo que íbamos a hacer, mientras ellos se dedicaban a asentir con la cabeza. Ni siquiera se sentaron a charlar con nosotros sobre el proyecto y no tardaron ni dos minutos en darnos carpetazo.

Después de eso, nos quedamos sin saber muy bien lo que había pasado: ¿no nos piensan corregir nunca más?, ¿nuestro proyecto les parece una mierda?, ¿nuestras correciones van a ser solo en las sesiones críticas?, ¿no nos dicen nada porque nuestro proyecto no dice nada?... La idea de que no saben corregirnos es la opción menos ofensiva hacia nosotras y nuestro trabajo. Pero nos ha parecido algo increíble, que se pueda llegar a dar una situación así, y que los asistentes pasen de unos alumnos de manera tan descarada; sobre todo porque no sabemos muy bien lo que significa.

Por ahora podemos seguir, con la corrección de la sesión crítica del martes, pero después de esto no se lo se lo que va a pasar, me espero cualquier cosa... Entre lo abiertos que son los alumnos, lo dedicados que son los profesores con nosotras y las casas de abuela, esta escuela se está cubriendo de gloria... Al menos los catedráticos aún nos hacen caso.

Aún así, he de romper una lanza por los alumnos... porque he de anunciar: ¡Qué hemos mantenido nuestra primera conversación con un compañero! Vale que ha sido en español y porque resulta que es un chico que estuvo de erasmus en la escuela pero, ¿y qué? Por algo se empieza. Además el otro día, no nos enteramos de una cosa que dijeron en alemán, y nuestro vecino fué tan amable de explicarnoslo en inglés... creo que ya se han dado cuenta de lo que nos cuesta comunicarnos en alemán y hemos empezado a darles pena.

Mi siguiente reto es hacerme amiga de un chico que se sienta cerca de nosotras (que además es muy guapo y que se habla con el chico español) y que tiene una cafetera... Y es que lo paso fatal en las noches de entrega sin una mísera taza de café. Además es super gracioso, está en el aula de trabajo como si estuviese en el salón de su casa: tiene la cafetera, una resistencia para hacer el café, una canasta de cervezas, unos trapos para limpiar la cocina, una caja con comida y hasta unas zapatillas de estar por casa que se pone cuando está haciendo sus entregas. Estamos desarrollando la teoría de que en realidad no tiene casa y que en cualquier momento sacará un tatami de alguna estantería y se pondrá a dormir sobre su mesa.



Workroom feeling: al fondo a la derecha teneis al chico de la cafetera, el proyecto simétrico que os contaba el otro día (sí, es suyo), las sushi maquetas y a todo el mundo cotilleando lo que hacen los demás.