miércoles, 2 de diciembre de 2009

Teachers leave those kids alone

Nuestra aventura proyectual muniquesa sigue su curso... lo único que el camino es más extraño de lo que nosotras habíamos pensado, de hecho, cada día se vuelve más y más desconcertante. Lo peor es que no sabemos si para bien o para mal.

Desde que empezamos el proyecto de viviendas, siempre hemos tenido la sensación de que los asistentes nos tenían un poco de miedo.

Primero pensabamos que era por el idioma (a pesar de que hablan inglés perfectamente), que era el único motivo posible por el cual, cada vez que queríamos corregir, se nos acercaban meditando cada paso que daban al frente como si fuesen a asomarse a un vacío, mientras nos miraban con caras de recelo y precaución. Descartamos esa posibilidad cuando nos dimos cuenta de que no trataban así al resto de los erasmus, con los que también hablaban en inglés.

La segunda opción que barajamos es que no entendían nuestra forma de trabajar ni de aproximarnos al proyecto. Creemos que les desconcertó un poco que después de dos semanas siguiésemos haciendo croquis de como podía ser nuestro proyecto a grandes rasgos (en vez de tener miles de maquetas hiper definidas) y que cuando nos preguntaron donde estaba nuestro trabajo, les mirásemos con cara de asombro y les dijeramos que estabamos aún pensando porque creíamos que necesitábamos volver hacia atrás.

Una vez tuvimos proyecto (muy malo, porque teníamos que entregar algo obligatoriamente en dos semanas, y nos pasamos pensando la mayor parte de ellas) se quedaron flipando con los espacios abiertos que había en nuestra maqueta. De hecho, hemos llegado a la conclusión de que los arquitectos alemanes deben ser agorafóbicos, porque cuando miraron nuestra maqueta pusieron cada de terror mientras decían: ¡¡¡pero eso es una doble altura con un ventanal!!! Así que como buenas alumnas, quitamos la única doble altura que teniamos (que además tenía bastante sentido) quedando un asquete de proyecto con una sección de tres forjados sin ningún tipo de gracia, pero que se empezaba a parecer al resto de los proyectos de la clase.

La tercera posible opción (y creemos, la definitiva) se nos ha ocurrido después de la corrección de hoy: están muy perdidos y no saben corregir nuestro proyecto.

Ayer tuvimos nuestra tercera entrega de proyectos, no nos fue de todo mal, al menos no echaron nada para atrás, nos dijeron lo que era más interesante, y que siguieramos desarrollando lo que ya teníamos, más o menos siguiendo los mismos criterios, que podíamos abrir patios, bla, bla, bla...





Sesiones críticas

El caso es que después de cada sesión crítica, los asistentes hablan con los profesores sobre cada uno de los proyectos, les dan unas directrices sobre por donde debe seguir cada uno, y luego los asistentes te comentan personalmente sus opiniones sobre los comentarios de los catedráticos.

Cuando han llegado a nosotros, en vez de corregirnos se han limitado a mirarnos y decir: ¿Tenéis alguna duda?. Claro, nosotras esperábamos que ellos empezasen a hablar, pero no, habían decidido no corregirnos más. Nos han dicho que ellos pensaban de forma diferente a los profesores, así que simplemente se limitaron a preguntarnos si nos quedó claro lo que nos habían dicho el día anterior. Nuestra cara de estupefacción obviamente fué bastante tremenda, y nos quedamos literalmente sin palabras, porque en vez de ellos decirnos lo que teníamos que hacer, fuí yo la que tuve que explicarles lo que íbamos a hacer, mientras ellos se dedicaban a asentir con la cabeza. Ni siquiera se sentaron a charlar con nosotros sobre el proyecto y no tardaron ni dos minutos en darnos carpetazo.

Después de eso, nos quedamos sin saber muy bien lo que había pasado: ¿no nos piensan corregir nunca más?, ¿nuestro proyecto les parece una mierda?, ¿nuestras correciones van a ser solo en las sesiones críticas?, ¿no nos dicen nada porque nuestro proyecto no dice nada?... La idea de que no saben corregirnos es la opción menos ofensiva hacia nosotras y nuestro trabajo. Pero nos ha parecido algo increíble, que se pueda llegar a dar una situación así, y que los asistentes pasen de unos alumnos de manera tan descarada; sobre todo porque no sabemos muy bien lo que significa.

Por ahora podemos seguir, con la corrección de la sesión crítica del martes, pero después de esto no se lo se lo que va a pasar, me espero cualquier cosa... Entre lo abiertos que son los alumnos, lo dedicados que son los profesores con nosotras y las casas de abuela, esta escuela se está cubriendo de gloria... Al menos los catedráticos aún nos hacen caso.

Aún así, he de romper una lanza por los alumnos... porque he de anunciar: ¡Qué hemos mantenido nuestra primera conversación con un compañero! Vale que ha sido en español y porque resulta que es un chico que estuvo de erasmus en la escuela pero, ¿y qué? Por algo se empieza. Además el otro día, no nos enteramos de una cosa que dijeron en alemán, y nuestro vecino fué tan amable de explicarnoslo en inglés... creo que ya se han dado cuenta de lo que nos cuesta comunicarnos en alemán y hemos empezado a darles pena.

Mi siguiente reto es hacerme amiga de un chico que se sienta cerca de nosotras (que además es muy guapo y que se habla con el chico español) y que tiene una cafetera... Y es que lo paso fatal en las noches de entrega sin una mísera taza de café. Además es super gracioso, está en el aula de trabajo como si estuviese en el salón de su casa: tiene la cafetera, una resistencia para hacer el café, una canasta de cervezas, unos trapos para limpiar la cocina, una caja con comida y hasta unas zapatillas de estar por casa que se pone cuando está haciendo sus entregas. Estamos desarrollando la teoría de que en realidad no tiene casa y que en cualquier momento sacará un tatami de alguna estantería y se pondrá a dormir sobre su mesa.



Workroom feeling: al fondo a la derecha teneis al chico de la cafetera, el proyecto simétrico que os contaba el otro día (sí, es suyo), las sushi maquetas y a todo el mundo cotilleando lo que hacen los demás.

4 comentarios:

  1. No sé, yo no tenía esa sensación con mis tutores. De hecho aprendí mucho. Cada lugar tiene una manera distinta de ver las cosas, lo que hay que hacer es extraer lo mejor que puedas de ellas. Quizá choque, pero creo que funciona mejor su sistema (por lo menos en las cátedras que estuve) que el sinsentido absurdo del todo-vale-mientras-tengas-una-imagen-bonita de la escuela.

    Y, no te lo tomes a mal, hablar en inglés me parece una cutrada, yo me negué desde el primer día (y tenía menos idea de alemán que con la que tú llegaste). ¡es el idioma más hablado de europa! aprovecha, rompete los cuernos y aprende alemán. :)

    Si suelto mucha bilis es porque es sábado y ni cristo quiere salir. Asco de vida

    ResponderEliminar
  2. Mucho ánimo cris! si campo estuviera allí y pusiera de enunciado "casa soñada" podrías hacer miles de maquetas de sushi, jiji
    Tenemos ganas de verte por aquí! muaaaa

    ResponderEliminar
  3. Uy, viendolo en perspectiva sí que solté mucha bilis. ¡No me hagas caso! (aunque no lo ibas a hacer en cualquier caso ;))

    ¿La foto de la cabecera es tuya? Vicky tiene una muy parecida (tambien es cierto q me acuerdo de la de Vicky porque fue de una de las dos semanas q nevó).

    ResponderEliminar
  4. Jeje, es la foto de Vicky, se la he robado (jijiji), es una foto-relax y la puse cuando estaba estresada allá por el comienzo de curso. Estoy en busca de otra, pero aún no he hecho ninguna suficientemente decente como para encabezar nada.

    PD. Reafirmo lo que digo, mis asistentes son bastante incompetentes, hasta los alemanes están perdidos y quejándose constantemente, lo cual es bueno, porque la menos no son paranoias nuestras...

    ResponderEliminar